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Grup de Solidaritat Jon Cortina

Drets humans / Derechos humanos

Comité de Familiares de Pres@s Políticos de El Salvador

ante la opinión pública nacional e internacional 

DENUNCIAMOS: 

La actitud empecinada, arbitraria e injusta del gobierno que preside al Estado salvadoreño, contra nuestros familiares capturados el 2 de Julio de 2007 en Suchitoto; fecha del primer aniversario del cruel asesinato tipo escuadrones de la muerte de los companieros Juana y Francisco Manzanares Monjaras. 

El Presidente Elías Antonio Saca y su Fiscalía General, no ha podido ni podrá probar nunca, los supuestos actos de terrorismo y lesiones por los que capturó, torturó y enjuició a nuestros familiares, porque son falsos, inexistentes, arbitrarios y la jueza Ana Lucila Fuentes de Paz no tendrá otra opción que ponerlos en libertad. En otras palabras, mientras nuestros familiares han tenido que seguir llegando al tribunal especializado cada 14 días a firmar, han estado restringidos de salir del país y de cambiar de domicilio, generando así la injusta zozobra que agobia a todas y todos los procesados y a nuestras familias. 

Por su parte la Corte Suprema de Justicia, en lugar de cumplir con su obligación constitucional de administrar PRONTA Y CUMPLIDA JUSTICIA, en el caso de los Habeas Corpus interpuestos a favor de los capturados en Suchitoto y en los Recursos de Inconstitucionalidad interpuestos contra la Ley Especial contra Actos de Terrorismo y Ley Contra el Crimen Organizado, leyes creadas contra las protestas sociales y populares, GUARDA PROFUNDO SILENCIO DE COMPLICIDAD. 

POR TODO ESTO PEDIMOS:

Al Cuerpo Diplomático acreditado en nuestro país, a las organizaciones sociales, sindicales, comunales, instituciones académicas, profesionales, religiosas y a las instituciones nacionales e internacionales que velan por el respeto a los derechos humanos; 

Que actúen inmediatamente comunicándose con la jueza de Ana Lucila Fuentes de Paz, para que PARE LA REPRESIÓN arbitraria e injusta de la que están siendo víctimas los capturados y capturadas en Suchitoto, decretando su libertad inmediata 

A estar atentos ante el actuar de la fiscalia general de la republica al continuar presentando pruebas falsas, sustentadas en intereses políticos. 

Así mismo, demandar de la Corte Suprema de Justicia, que ponga fin al silencio de complicidad con que ha actuado hasta hoy. 

La Cámara Especializada recibe llamadas a los Tel. 2264-1180 y 2264-1181 y al Fax 2264-1191. 

¡LIBERTAD INMEDIATA Y DEFINITIVA PARA LOS CAPTURADOS EN SUCHITOTO!

¡EXIGIMOS QUE SE DEROGUE LA LEY ANTITERRORISTA Y LA LEY CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO!

¡CESE LA REPRESIÓN! ¡NO A LAS REFORMAS PENALES! 

San Salvador, 15 de Enero de 2008

Amenazas a Radio Cadena Mi Gente

Los propietarios, directores y demás personal de Radio Cadena Mi Gente, al pueblo salvadoreño, organizaciones que velan por la libertad de expresión de El Salvador, cuerpo diplomático acreditado en nuestro país y a los demás colegas medios de comunicación, expresamos: 

Que uno de los principales accionistas de esta estación de radio, William Osmar Chamagua Morataya, ha sido objeto de amenazas a muerte por desconocidos, en tres ocasiones, a través de llamadas telefónicas a las instalaciones de la radio y a la residencia de su familia. La última amenaza fue recibida el miércoles 16 de enero.

 En una rueda informativa en la Asociación de Periodistas de El Salvador APES, Chamagua, dijo que este tipo de amenazas son "indignantes, partiendo de que en muchas ocasiones el presidente Antonio Saca y la Vicepresidenta Ana Vilma de Escobar, nos han invitado a nosotros, llamados hermanos lejanos, a que vengamos a invertir en El Salvador. Yo decidí tomarles la palabra". 

Chamagua, un salvadoreño que reside en Estados Unidos desde 1980, junto a otros inversionistas radicados en aquel país, adquirieron la frecuencia AM 700, con cobertura nacional, y fundaron Radio Cadena Mi Gente, la cual se encuentra operando desde hace un año. La emisora es informativa y de corte participativo. Desde su salida al aire transmitió simultáneamente la entrevista televisiva del periodista Mauricio Funes, quien durante varios meses condujo un programa de opinión en el que interactuaba con la audiencia.

Los representantes de la radioemisora temen que las amenazas estén relacionadas con la orientación crítica de la estación, en la que a diario los radioescuchas participan con opiniones y denuncias sobre distintos asuntos de la vida nacional.  

"Decidí invertir no en un restaurante, no en una venta de productos, sino en un medio de comunicación, y es duro saber que nos reciben con una bofetada y hasta con amenazas de muerte, a tal grado que han amenazado hasta mi familia", dijo Chamagua en la conferencia de prensa. 

Las amenazas ya han sido denunciadas ante la Policía Nacional Civil y en la embajada de Estados Unidos, pues tanto Chamagua como el resto de accionistas de la emisora son ciudadanos estadounidenses.

"Quiero denunciar públicamente estas amenazas que nos hacen, quiero hacer responsable al señor presidente de la república y a la demás gente que gobierna este país por estos atropellos a la dignidad y a los derechos humanos, y de cualquier acto que se pudiera cometer contra nuestra radio", subrayó Chamagua.

El Presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador APES, Serafín Valencia, condenó las amenazas y dijo que Radio Cadena Mi Gente, es una radio que se ha definido a favor de la justicia en este país. San Salvador, 17 de enero de 2008 

Explotación minera: otra forma de colonialismo

(Publicado en el Diario Colatino el 28 de diciembre de 2007)

Carlos Girón S.

Hablando de solidarismos, nuestro pueblo luchador, en su totalidad, debe unirse y apoyar resueltamente en todas las formas posibles, las marchas y protestas de comunidades contra proyectos de explotaciones mineras en algunas zonas en el Norte y el Oriente de nuestro país.  Dichas comunidades saben, ya sea por experiencias en otros lugares, por intuición o por lo que es la sabiduría popular, que tales proyectos no les traerá ningún beneficio real, sino más bien perjuicios de diferente naturaleza como son daños a la salud, pérdida de la riqueza del subsuelo, así como de nuestra dignidad e independencia, ya que se veremos sometidos a una forma de servidumbre bajo el yugo de las empresas transnacionales que pretenden dedicarse a la explotación de los metales preciosos que son parte de la riqueza y de los pocos recursos naturales que  le quedan a nuestro país.Tales proyectos tienen un nombre claro: colonialismo moderno con otra cara. Y de colonialismos ¡ya basta! ¡Nos sentimos los salvadoreños hasta la coronilla y nos están estrangulando!Es una desgracia el que el Gobierno esté dispuesto a otorgar los permisos para esa nueva forma de saqueo que padecemos en nuestro país. Si es cierto que hay democracia aquí, póngase atención, escúchense las voces de protesta y rechazo del pueblo a dichos proyectos mineros. La Iglesia ya ha escuchado esas voces de alarma y se ha pronunciado también en contra de ese nuevo vandalismo de los colonialistas extranjeros.  En mayo de este año la Conferencia Episcopal de El Salvador emitió el documento “Cuidemos la Casa de Todos”, en el que señaló que la explotación minera a cielo abierto o subterránea constituye un grave peligro para la salud y el medio ambiente.
Nuestro Arzobispo Metropolitano, Monseñor Fernando Sáenz Lacalle, ha recordado recientemente ese claro y contundente pronunciamiento, diciendo que aunque “la llamada minería verde probablemente pretende hacer reforestación de zonas, hay que tener en cuenta que el 98 por ciento del oro que se extrajese se lo llevarían afuera y que al país le quedaría solamente el 2 por ciento…”.
¿Qué es eso? ¿No es puro colonialismo explotador del Siglo XXI, igual al que lo padecimos de los españoles hace 500 años? ¿Por qué el Gobierno, de hecho, ya lo está permitiendo? Se sabe que al momento, el Ministerio de Economía ha concedido nada menos que 28 permisos a 10 empresas extranjeras para explotaciones mineras en el Norte del país. ¿Es que tiene sentido humano exponer a grandes comunidades a padecer las consecuencias negativas de tales  explotaciones? Serían negativas las consecuencias porque, en primer lugar, por míseros salarios, en las extracciones subterráneas los trabajadores se exponen a elevados riesgos de morir asfixiados o sepultados (como ha ocurrido hace poco en China y México, para citar sólo dos ejemplos) con las explosiones que se provocan para remover grandes masas de tierra y dejar al descubierto los metales preciosos; en segundo lugar, el medio ambiente se contamina y envenena la población con el cianuro en grandes cantidades que se emplea en las extracciones de esta naturaleza; y en tercer lugar, el robo de nuestra riqueza, al llevarse afuera toneladas de oro, como se estima que contiene nuestro subsuelo en las zonas ambicionadas.Aunque el Gobierno es respetuoso de la libertad de expresión, como una excepción debería prohibir la fuerte, truculenta y engañosa campaña publicitaria, especialmente por la radio,  que se mantiene hablando de imaginarias bondades que genera la “minería verde”, como le llaman, mintiendo que son incalculables los beneficios para los países y las comunidades.Lo que nuestro país necesita no son explotaciones que contribuyan a la devastación de nuestro ya de por sí empobrecido suelo y grave deterioro en el medio ambiente, como lo prueba la reducción del caudal del Río Lempa, y las extensas zonas desérticas que antes eran tesoros boscosos; lo que necesita son obras en gran escala e intensivas de reforestación a nivel nacional.Las entidades ecologistas que tenemos en el país harían bien en organizar una marcha multitudinaria del pueblo para rechazar la explotación minera, por constituir otra forma descarada de colonialismo que intereses extranjeros pretenden imponernos a los salvadoreños. Defendamos nuestro orgullo y nuestro nacionalismo patrio: cuidemos la poca independencia y soberanía que nos van quedando.

Carta d'Amnistia Internacional (Alemanya) al president de El Salvador

Amnesty International – Postfach 580564 – 10414 Berlin

Presidente de la República de El Salvador
S. E. Elías Antonio Saca
Alameda Dr. Manuel Enrique Araujo 5500
San Salvador

El Salvador

Ihre Nachricht vom Ihr Zeichen Unser Zeichen Berlin, den
30.10.2007

Estimado Señor Presidente:
corno Amnistía lnternacional, sección alemana, nos gustaría recordarle algunas de nuestras preocupaciones sobre la situación de derechos humanos en El Salvador.
Amnistía lnternacional esta particularmente preocupada por la detención y el aparente maltrato a miembros de organizaciones sociales durante las protestas. El 2 de julio de 2007 mas de 20 personas fueron arrestadas en una manifestación en Suchitoto contra el lanzamiento de una política de descentralización de servicios públicos, entre ellos las directoras y dos miembros de la organización Asociación para el desarrollo de El Salvador (conocida corno CRIPDES). Durante la detención, el traslado a la sede policial y la posterior permanencia en prisión estas personas fueron sujetas a maltratos físicos y psíquicos. La Fiscalía General de la República presentó cargos contra 13 de los detenidos, los cuales permanecieron en prisión hasta el 28 de julio. Ese día obtuvieron libertad condicional. Los manifestantes permanecen acusados de actos de terrorismo estipulados en la Ley Especial Contra Actos de Terrorismo.
Si bien Amnistía lnternacional reconoce el derecho y la obligación de las autoridades de mantener el orden público, deseamos reiterarle nuestra preocupación de que dicha ley está siendo usada de forma arbitraria y que las penas contempladas en ella son desproporcionadas en este caso (1). Asimismo, la organización reitera su temor de que en este caso se busque castigar a los manifestantes con el objetivo de inhibir otras protestas legitimas en el futuro. Este procedimiento es una lesión al derecho de libre expresión así corno a la libertad de reunión y de asamblea. Amnistía lnternacional desea recordarle que en casos de supuesto terrorismo, la Comisión lnteramericana de Derechos Humanos, entre otros órganos regionales e internacionales, ha instado a los estados miembros "tener en cuenta los compromisos pertinentes en virtud de todos los instrumentos internacionales de derechos humanos a los que están obligados" (2).
De ahí que Amnistía lnternacional le ruegue al estado salvadoreño que lleve a cabo una investigación imparcial, amplia y profunda sobre estos casos respetando las normas internacionales de derechos humanos y que desestime los cargos judiciales desproporcionados o arbitrarios.
Amnistía lnternacional además está muy preocupada por la posible reaparición de los escuadrones de la muerte que ya durante el conflicto armado interno de 1980 a 1992 cometieron muchos abusos. El 2 de julio de 2006 Francisco Antonio Manzanares y su esposa Juana Monjaras de Manzanares fueron asesinados en su vivienda. El modus operandi utilizado para cometer el crimen se asimila a la actuación de los escuadrones de la muerte durante el conflicto armado interno. Durante muchos años la hija de ambos Marina Manzanares ha sido miembro activa del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y antes del hecho ella y su madre habían recibido amenazas de muerte. Francisco Manzanares, el hijo de la familia, de igual manera políticamente comprometido, fue asesinado en 1996. Hasta hoy las personas responsables del asesinato de este matrimonio y de las amenazas de muerte no han sido identificadas ni han avanzado las diligencias procesales.
También son cada vez mas conocidos los ataques y trabas hacia individuos y organizaciones que intervienen en la defensa de los derechos humanos. Por ejemplo, los miembros de Asociación Entre Amigos, incluido su director William Hernández, han recibido amenazas de muerte y han sido vigilados con el aparente objetivo de impedir su trabajo en beneficio de los derechos de minorías sexuales. El 1 de junio de 2006 William Hernández fue amenazado con arma delante de la oficina de la organización en San Salvador, poco después de que un policía puesto para su protección terminara su turno. Dos días antes habían robado en las oficinas de la Asociación Entre Amigos y los delincuentes dejaron amenazas escritas. Ningún objeto de valor desapareció, pero si fueron robados los documentos sobre actividades planeadas.
Aunque todos estos acontecimientos fueron denunciados ante las autoridades respectivas, se han realizado solamente investigaciones superficiales que hasta hoy no han llevado a la sanción penal de sus autores.
Otra de las preocupaciones que deseamos mencionar son los numerosos casos de violencia contra la mujer, en particular los casos de violaciones y asesinatos, los cuales motivaron la carta abierta que Amnistía lnternacional le enviara el 13 de octubre de 2005 (3). En ese documento la organización le señalaba las deficiencias detectadas en numerosos casos en cuanto a falta de investigación y de esclarecimiento.
Como Ud. sabrá, las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el conflicto armado interno continúan siendo una preocupación permanente de Amnistía lnternacional. En este sentido, deseamos mencionar la cuestión de las niñas y niños desaparecidos y la continuada vigencia de la Ley de Amnistía. En cuanto a la primera, la Corte lnteramericana de Derechos Humanos pronunció sentencia en marzo de 2005 en el caso de desaparición de las hermanas Erlinda y Ernestina Serrano Cruz y entrego recomendaciones que hasta hoy han sido cumplidas solo en parte por el gobierno. En su resolución del 3 de julio de 2007 sobre el cumplimiento de sentencia la Corte indico que sobre un total de 10 puntos resolutivos el estado había cumplido con dos, había dado cumplimiento parcial a otros dos y no había cumplido los restantes. En este sentido, Amnistía lnternacional pide a su gobierno ejecutar íntegramente y a la mayor brevedad las resoluciones de la Corte lnteramericana de Derechos Humanos y le recuerda que actualmente existen al menos 464 niñas y niños desparecidos.
En cuanto a la Ley de Amnistía General para la Consolidación de la Paz (Decreto No 486 de fecha 20 de marzo de 1993 y publicado el 22 de marzo de 1993), la misma impide la completa aclaración y el procesamiento penal de los responsables de violaciones a los derechos humanos y se contrapone a diversos instrumentos internacionales voluntariamente aceptados por El Salvador. De ahí que Amnistía lnternacional pide una vez mas al Gobierno de El Salvador abolir esta ley.
Por último, la ratificación del Estatuto de la Corte Penal lnternacional y de la Convención
lnternacional de Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada de Personas constituirían una señal importante del Gobierno de El Salvador para demostrar su predisposición a fin de mejorar la situación de derechos humanos en el país.
Atentamente,

Barbara Lochbihler
Secretaria General

(1) Ver "El Salvador: Manifestantes víctimas de legislación anti-terrorista", comunicado público de Amnistía lnternacional, índice Al AMR 29/002/2007, 13 de julio de 2007.
(2) Primera recomendación del documento de la Comisión lnteramericana titulado "Informe sobre Terrorismo v Derechos Humanos" (OEA/Ser.L/VIII 116. Doc. 5 rev. 1 corr. Octubre de 2002).
(3) Ver "El Salvador: Terminar con la impunidad de la violencia contra la mujer. Carta al Presidente Elías Antonio Saca", 13 de octubre de 2005.


Suchitoto y la privatización del agua

Por Claudia Rodríguez *Recientemente tuve la oportunidad de participar en una delegación hacia El Salvador para indagar sobre la represión estatal ejercida contra pobladores de la ciudad de Suchitoto quienes se manifestaban pacíficamente contra la privatización del agua. La delegación fue organizada por la Fundación SHARE y estuvo integrada por miembros de la Red Nacional Salvadoreña Americana y la Asociación Nacional Salvadoreña Americana.Durante la delegación tuvimos la oportunidad de entrevistar a pobladores que vivieron los hechos, algunos de los acusados y autoridades salvadoreñas como el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, miembros del Concilio de Iglesias por la Paz y magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Lo que aconteció en Suchitoto fue un hecho planificado y una estrategia del gobierno para desacreditar al movimiento social. Todo inició cuando el presidente salvadoreño Antonio Saca eligió Suchitoto para anunciar el “sistema nacional de descentralización del agua” el 2 de julio pasado. Los pobladores interpretaron el anuncio de descentralización como un preámbulo a la privatización de sus propios sistemas de agua y por esta razón decidieron organizar un acto de protesta pacífica en la plaza central de Suchitoto. Sin embargo, la protesta fue reprimida por miembros de la Unidad de Mantenimiento del Orden, el Grupo Élite de Reacción Policíaca y la fuerza armada. Los cuerpos policiales y el ejército procedieron a reprimir a los manifestantes con gases lacrimógenos y gas pimienta. La policía persiguió a los pobladores hasta sus comunidades. La ciudadela permaneció sitiada alrededor de 8 horas. La presencia militar se hacía constar, a pesar que el uso del ejército es inconstitucional desde la firma de los acuerdos de paz. Las capturas fueron selectivas hacia líderes comunitarios. Dirigentes de la Asociación de Comunidades Rurales para el Desarrollo de El Salvador fueron detenidos cuando se dirigían a la protesta pacífica. Los manifestantes protestaron ahora no solo por el agua sino por la captura arbitraria de sus líderes. Fue allí cuando la policía volvió a arremeter contra el grupo de casi 200 personas. Ese día se les expresó a los detenidos que estaban acusados de cometer desórdenes públicos, pero tres días más tarde se les comunicó que estaban siendo procesados bajo cargos de terrorismo.El gobierno salvadoreño no contaba con que las imágenes en internet sobre Suchitoto darían la vuelta al mundo y la solidaridad internacional se reactivaría como nunca antes después de la guerra. Las cartas de los congresistas estadounidenses también contribuyeron para que los presos políticos fueran liberados bajo fianza. Sin embargo estas personas todavía enfrentan cargos de terrorismo. La audiencia que iba a realizarse en octubre fue pospuesta ya que la Fiscalía General de la República solicitó 4 meses de prórroga para continuar con las investigaciones contra los 13 imputados. Esta realidad no coincide con el discurso que recientemente dio el presidente Saca ante las Naciones Unidas, donde reiteró su compromiso con la democracia y las libertades individuales. El viernes 7 de octubre se realizó en San Salvador una marcha de mujeres por el agua. La marcha contó con la asistencia de miles de personas, principalmente mujeres pertenecientes a 120 organizaciones de base. Según testimonios, esta marcha has sido la más grande que se ha visto en San Salvador desde la firma de los acuerdos de paz. A la marcha también asistieron Robert White, ex embajador estadounidense en El Salvador, la ex vicegobernadora de Maryland, Kathleen Kennedy y la delegada Ana Sol Gutiérrez. El mensaje del pueblo hacia el gobierno es también claro: el acceso al agua es un derecho humano que hay que defender. *Claudia Rodríguez es activista comunitaria residente en Montgomery, MD  (artículo publicado en El Tiempo Latino, de Washington, el 31 de octubre de 2007).

DDHH El Salvador: Veinte años de déjà vu

Por Raúl Gutiérrez

SAN SALVADOR, oct (IPS) - Rosa Anaya salía de su casa muy temprano rumbo al colegio aquella mañana del 26 de octubre de 1987, cuando vio que su padre, que se le había adelantado unos pasos, se desplomaba junto a su vehículo por el impacto de seis balazos.

En su memoria guarda retazos de aquel día, varios "silbidos", el correr de dos individuos mientras envolvían sus armas en papel periódico y la última imagen de su progenitor con vida, "sin saber qué ocurría". Los asesinos habían utilizado un silenciador para cometer el crimen, y pocas personas se habían percatado del hecho. Rosa estaba conmocionada, hasta que una vecina le gritó y la trajo a la realidad: su padre, Herbert Anaya Sanabria, presidente de la no gubernamental Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), había sido asesinado cuando se aprestaba a llevar a sus hijos a la escuela. Veinte años después, Rosa, de 30 y estudiante de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador (UES), organizó junto a decenas de sus compañeros el IV Congreso Internacional de Derechos Humanos "Herbert Anaya", el 25 y 26 de este mes.

El encuentro posibilitó un "análisis comparativo" de la situación de los derechos humanos en aquel momento, cuando mataron a Anaya y en la actualidad, según explicó a IPS la primogénita del activista.

Varios especialistas, comunicadores, ecologistas y activistas sociales brindaron sus ponencias y denunciaron violaciones a los derechos humanos, no sólo civiles y políticos sino económicos y sociales, al tiempo que reclamaron justicia para las víctimas de la guerra civil (1980-1992), frente a centenares de estudiantes que participaban de la actividad.

Anaya reconoció que ahora no hay persecución política sistemática pero señaló que cuando alguien intenta expresarse libremente se lo acusa de comunista, como en el pasado. "Falta muchísimo para que en este país se respeten los derechos humanos; el discurso gubernamental habla de que vivimos en paz, pero todos los días asesinan a 12 personas", manifestó la estudiante.

El crimen de Anaya se cometió en plena guerra civil, que dejó unos 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos. En enero de 1992, el gobierno de Alfredo Cristian i y la guerrilla del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora con presencia parlamentaria, firmaran los acuerdos de paz en México, con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El pacto incluyó la conformación de la Comisión de la Verdad que investigaría los crímenes que más conmovieron a los salvadoreños, pero tanto el de Anaya como el de el obispo Oscar Romero no fueron terminadas por "falta de tiempo", ya que la instancia promovida por la ONU sólo tenía seis meses de mandato.

Hasta hoy ambos casos siguen en la impunidad, principalmente por la Ley de Amnistía promulgada por Cristiani en marzo de 1993, que impide juzgar a los responsables de crímenes de lesa humanidad, a pesar de que organizaciones nacionales e internacionales han demandado su derogación.

En los años 80, miles de campesinos, estudiantes, sindicalistas, sacerdotes y activistas de derechos humanos fueron asesinados por escuadrones de la muerte, como parte de una cruzada contra la izquierda, encabezada por el mayor Roberto d'Aubuisson fundador de la Alianza Republicana Nacionalista y acusado por la Comisión de la Verdad de ser uno de los instigadores del asesinato de Romero.

El Salvador tuvo en 2006 una proporción de 56 homicidios por cada 100.000 habitantes, según el estatal Instituto de Medicina Legal (IMS), lo cual hace a este país centroamericano uno de los más violentos del mundo. El procurador adjunto de los Derechos Humanos, Salvador Meléndez, dijo a IPS que para lograr la reconciliación y construir la democracia tras la guerra, era "ineludible el esclarecimiento histórico" y respetar el derecho humano a la verdad.

Meléndez se manifestó a favor de que se "imparta justicia a las víctimas" y se les repare de forma moral, social y jurídica, en alusión al caso Anaya. "Hay que alimentar la memoria colectiva, los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a repetirla", citó el procurador, tras brindar una ponencia ante unos 300 estudiantes, profesores y miembros de organizaciones de la sociedad civil.

Evelyn Hernández, catedrática de la UES consideró que a mucha gente se le violan sus "derechos económicos y sociales, como derecho a la salud, al agua potable y a la seguridad".

Anaya fue "un hombre que luchó mucho por la defensa de los derechos humanos", recordó la profesora.

Rosa Anaya recuerda que su padre había sido secuestrado y torturado por la extinta Policía de Hacienda, por lo que la familia vivía casi en la clandestinidad. "No conocía los nombres de mis padres ni familiares, sólo era mi mamá, papá y tíos", recuerda Anaya. Después del asesinato, tuvieron que huir y dormir en distintas casas durante meses. Las flores sobre la tumba de Anaya fueron quemadas, y se dejó sobre ella un mensaje lapidario: "Si pudiésemos volverlo a matar, lo haría nuevamente".

María Luisa Romero, estudiante de derecho en la estadounidense Universidad de Harvard, presentó en el encuentro los resultados de un estudio realizado por la clínica legal internacional de esa casa de estudios sobre violencia, pandillas y violaciones a los derechos humanos en El Salvador.

"El Estado es incapaz de proteger a las víctimas; las investigaciones no se realizan, se demoran o no son efectivas", y tanto por acción como por omisión se les viola sus derechos, aseguró a IPS la joven de origen panameño. Según Romero, durante la investigación también se identificaron algunas similitudes entre los años de la guerra y la actualidad. "Las desigualdades sociales" llevan a violaciones de los derechos sociales y económicos, sostuvo la estudiante.

"Tenemos que emocionar a la gente para que luche por sus derechos", concluyó Rosa Anaya. (FIN/2007)