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Grup de Solidaritat Jon Cortina

Jon Cortina debe ser recordado por la lucha revindicativa de las víctimas

(publicat al Diario Colatino de 12/12/2008)


Gloria Silvia Orellana
Redacción Diario Co Latino

Zayra Navas, abogada de Pro Búsqueda, dijo que el Padre Jon Cortina es un signo de lucha por la justicia y la verdad, que invita a fortalecer el compromiso del pueblo salvadoreño, para construir la solidaridad.

El Padre Jon Cortina falleció en la Ciudad de Guatemala, el 12 de diciembre de 2005, tras sucumbir ante un infarto que le postró por varios días antes de su deceso. El sacerdote se encontraba en un evento de organizaciones pro derechos humanos.

Jon Cortina “fue un salvadoreño, porque así lo quiso”, recordó Navas, que vivió entre las víctimas y los marginados a la educación, la salud y la paz, con su acompañamiento, les brindó una luz de esperanza y apoyo solidario.

“En un primer momento, tuvo un papel importante en la inserción de mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas, como una población, con propia identidad, en un momento tan difícil en nuestro país (conflicto armado), ayudó a la fundación de la comunidad de Guarjila (Chalatenango), y a la UCA con sus estudiantes, es un ejemplo de vida”, afirmó.

Sobre su trabajo en la Asociación Pro Búsqueda, Zayra confirmó que el compromiso de ayudar a los padres de familia, que perdieron a sus hijos durante la guerra, fue una semilla que sembró en sus corazones para seguir luchando.

“Vamos a seguir exigiendo al Estado, que cumpla con su responsabilidad a las víctimas de la guerra. La Pascua del Padre Jon la celebramos al ver su obra, y hago un llamado a la población salvadoreña, si un español tuvo la capacidad de luchar por un pueblo que hizo suyo, nosotros, como salvadoreños, debemos hacer mucho más”, acotó.

José Laínez, oriundo de Hacienda Vieja, La Paz, perdió a su hija Idalia, de 6 años de edad, en 1984, tras un operativo militar en la zona que ejecutó la Fuerza Armada, en 1994. El Padre Jon Cortina hizo posible el reencuentro con su hija.

“Para mí fue bien difícil que me sacaran de mi tierra natal, mataron a Vilma Elizabeth, de 8 años, y dejaron herida a Imelda, y se la llevaron, así fue, que conocí al Padre Jon Cortina, cuando llegó con mi hija que estaba en Ohio, Estados Unidos, fue bien significativo que la pudiera abrazar después de tanto tiempo”, narró.

 

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